lunes, 9 de julio de 2012

Paciencia y Enojo


Al detenerme en la PACIENCIA, ella claramente no se desarrolla de la noche a la mañana en la vida de uno. El porder de Dios y la Bondad son cruciales para el desarrollo de la Paciencia.

“Colosenses 1:11 nos dice: que somos fortalecidos por Él para “toda paciencia y longanimidad,” mientras que Santiago 1:3-4 nos anima a saber que las pruebas son Su manera de perfeccionar nuestra paciencia. Nuestra paciencia se desarrolla y fortalece más, resistiendo de acuerdo a los perfectos tiempos y voluntad de Dios, es por eso que es relevante que aún ante el hombre malvado que “prospera en su camino.” (Salmos 37:7). Nuestra última instancia, al final, es nuestra paciencia la que será recompensada. “..tened paciencia hasta la venida del Señor.” (Santiago 5:7-8).

Es necesarios el demostrar la paciencia como una característica de nuestras vidas y reforzarla más aun ahora que entiendo lo que es la verdadera paternidad, primero, dando gracias a Dios. Usualmente

Usualmente, la primera reacción de una persona es "¿Porqué a mí?", pero la Biblia dice que nos regocijemos en la voluntad de Dios (Filipenses 4:1, Pedro 1:6). segundo, buscando sus propósitos,

Algunas veces, Dios nos pone en situaciones difíciles con el fin de testificar. Otras veces, Él puede permitir una prueba para la santificación del carácter. El recordar que su propósito es para nuestro crecimiento y Su gloria, nos ayudará en la prueba. Tercero, recordando Sus promesas, tales como la de Romanos 8:28 que nos dice que “…todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados.” Ese “todas las cosas” incluye las cosas que prueban nuestra paciencia.

El ENOJO tiene una solución simple y que Dios la tiene claramente identificada, y es solo ser más como Cristo, revistiéndonos de su carácter, y el Señor nos invita ser responsables. Dios nos invita a cooperar con el en nuestro constante proceso de transformación, con cada Obediencia que demos, la Paz de crecerá y la ira se reducirá. Comprendiendo además que el Enojo es un pecado. No enojarse es algo NO opcional, solo hay que dejarlo fuera. A lo mejor no me detengo tanto en el Enojo y es sencillamente porque es parte de una determinación y responsabilidad diaria.

Estas dos áreas, se deben de trabajar para que pueda manifestarse el Amor y la Paternidad en la vida de cada uno de manera fundamental, ya que deben ser instauradas correctamente en la formación y crecimiento de la nueva generación, los hijos naturales y espirituales, mostrándonos siempre con Paciencia y sin Enojo.

Lealtad



Me gustaría que se entendiera que el ser “leal” no es solo la manera en que lo interpreta el mundo que es el ser fiel a una persona comúnmente, para mí la Lealtad forma parte de serlo primeramente con el Padre, con Dios, y cuando uno logra eso puede transmitirlo a los demás, llámese, Padres Espirituales, Familia, Trabajo, etc. Ya que no estaré nunca respaldando o siendo leal con alguien, que es una de las equivocaciones que se comenten durante mucho tiempo.


2 Timoteo 2:2 (LBA 1997) 
“Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.

Yendo a la definición de la RAE, las primeras 3 definiciones exponen lo significativo de lo que involucra esta palabra; 1. “Que guarda a alguien o algo la debida fidelidad.”, 2. “Fidedigno, verídico y fiel, en el trato o en el desempeño de un oficio o cargo” y 3. Dicho de una acción: Propia de una persona fiel.

Ahora a la luz de la palabra y de los grandes testimonios que en ella hay, JOB fue un represéntate de lo que es la lealtad porque a pesar de todo lo que le había pasado, el sabia que Dios era todo poderoso y que si él había tenido que ocurrir es porque nuestro Dios lo permitió así.

JOB 1:21 (LBA 1997) 
“Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; bendito sea el nombre del SEÑOR”

No quiero tampoco que se entienda que uno gracias a la Lealtad, podrá conseguir cosas, porque muchas veces el mundo al haber torcido el concepto de lealtad, ha internalizado el que gracias a ella, podemos alcanzar lo que necesitamos y muchas veces esa lealtad incluso puede ser acción para respaldar, personas, actos, procedimientos que están en una dirección diferente a lo que dice Dios. Por ello es que, atesorar lo que Dios dice de la lealtad y lo que nos demostró con el Mayor ejemplo que podemos tener el de Jesús mismo, que sentado junto a Dios durante la creación del universo decidió hacerse hombre, venir a servir y a dejarnos su evangelio y morir la peor muerte, por su infinito amor hacia todos nosotros. Sobre esa lealtad
me tengo que mover, no en la interpretación, o en mi parecer.

Pido a Dios que nuestro egoísmo y nuestra altanería se desvanezcan, ayudándonos a que seamos conscientes y que podamos aceptar de cuantas maneras te hemos ofendido a ti, y que finalmente podamos reconocer que a pesar de ello, DIOS es Leal, siempre nos amas y siempre perdona nuestras ofensas, siempre desea estar cerca de nosotros, conocernos y restaurarnos.

Deuteronomio 31:6 (LBA 1997) 
“Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará”

Las Expectativas y Dios.


Jeremías 29:11 (BTx)
"Porque Yo conozco mis designios sobre vosotros, dice YHVH: designios de
bienestar y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza." 


La expectativa suele estar asociada a una posibilidad razonable de que algo
suceda. Para que haya expectativas tiene que haber, por lo general, algo que la
sustente. De lo contrario, sería una simple esperanza que puede ser irracional o
basarse en la fe solamente. Por ejemplo; Si hay una gran convocatoria en un evento
evangelístico y vemos muchas personas, la expectativa es que los asistentes reciban
a Jesucristo nuestro Salvador ¿No?. Por eso la respuesta a dicha expectativa seria
poder acompañar a los nuevos hermanos en su nueva decisión e invitarlos a que se
congreguen en alguna Iglesia.


La expectativa surge en los casos de incertidumbre, cuando aún no está confirmado
qué es lo que va a ocurrir. La expectativa es aquello que se considera más probable
que suceda: se trata, en definitiva, de una suposición más o menos realista. Si la
expectativa no se cumple, se experimentará una decepción (“Pensé que este regalo
te iba a gustar, pero veo que mis expectativas estaban equivocadas”). En cambio, si
la realidad supera las expectativas, la persona sentirá alegría por la sorpresa (“Este
regalo es maravilloso, superó todas mis expectativas”).


La expectativa, en definitiva, está vinculada a una predicción y previsión. A mayor
cantidad de certeza sobre lo que ocurrirá, más probabilidades existen que se cumplan
las expectativas:


“Existe una expectativa muy grande por el anuncio del presidente, ya que varios
ministros señalaron que será beneficioso para la economía”.


Una de las maneras más hermosas de describir a Dios con nosotros, puede ser la
fábula. En las Escrituras, encontré un par de fábulas con un mensaje claro en este
caso es “El que debería ser gobernante no está haciendo lo que Dios espera de él”.
Dos grandes ejemplos se pueden encontrar en la fábula de la zarza de Jueces 9, en
la que Abimelec es la zarza, ya que es un mal líder para su tribu, y en 2 Samuel 12
donde el rey David es rico, pero se lleva la única oveja de un pobre. Ahí podemos
darnos cuenta de que Dios es con su pueblo, y no con un único líder.


Muchas veces nosotros queremos que Hermanos, Amigos, Papas, o hasta nuestros
Propios Pastores o Lideres, tengan una actitud, un comentario, un consejo, o una
palabra o incluso una actitud de servicio o disposición para una proyecto de acuerdo
a lo que nosotros esperamos que sea osea basado en nuestras expectativas, y es
ahí donde no debemos de ser tan ingenuos, ya que no es que tengamos que estar
pendientes de lo que ocurra con algo o alguien, sino entender que Dios tiene una
expectativa de nosotros, de su pueblo, y no nosotros de los demás. Principalmente
es que es que seamos un pueblo, con las características de Reino, comprometido,
pro-activo, vivas, correcto, leal, sincero, etc.Ya que es solo El, el que puede darnos el
lineamiento de cuáles son las expectativas que debemos de bajar a la tierra, y si no
las entendemos es que estamos transitando por las expectativas terrenales propias
y no Ahora bien, Humanamente nosotros siempre colocamos Expectativas muy
particulares y casi siempre muy altas, respecto de su entorno, creyendo o esperando
que tengan los mismos aspiracionales que uno, pero eso está equivocado, ya que
nosotros debemos de entender que la relación y entendimiento de lo que Dios quiere
de nosotros no es el mismo para cada uno, en los tiempo, las obras, etc…Creo que
siempre que entremos en una etapa de mirar las expectativas personales, es el tiempo
de mirar quien es Dios, además el que demos todo lo necesario, para que lo que
digamos sea correcto, para lo que partamos lo terminemos, para lo que con lo que nos
comprometemos lo cumplamos. Oremos en todo tiempo porque cada uno albergue el
Espíritu alineado con el Cielo y no con la tierra o mís expectativas personales, TODO
TENGA su espíritu anidando a EL y lo que representa para él, su Pueblo, Nosotros.


De acuerdo a la definición de expectativa que tiene que ver con la medida de
incertidumbre, esto quiere decir hay un porcentaje de real y un porcentaje de
supuesto. Bajo este concepto, no podemos decir que Dios se hace expectativas, pues
atenta contra una de las cualidades fundamentales de Dios que es la "omnisciencia".


Si Él se hiciese expectativas de algo, seria sencillamente porque no sabe con
certeza lo que va a pasar, y Dios conoce perfectamente lo que va a suceder. El
sabe todas las determinaciones que vamos a tomar. Si Él se hiciera expectativas de
algo, entonces seria imperfecto, porque hay un porcentaje de sucesos que escapan
de su omnisciencia. Dios deposita su confianza en nosotros (que es diferente a
tener expectativas) y es una de las grandes preguntas que siempre me he hecho...
¿Por qué Dios sigue confiando en el hombre si una y otra vez le faya? Creo que
es porque de este modo nunca podremos argumentar que Dios no nos dio una
oportunidad.


"1Pedro 3:9 (RV1960)
… sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que
heredaseis bendición."